En el desván

junio 10, 2016 0 Comentarios A+ a-


En el desván es un libro álbum que descubrí hace unos días y me encantó. Un relato breve, mágico, cargando de detalles, metáforas, significados, realidad y fantasía.

Su autora es Hiawyn Oram y está ilustrado por Satoshi Kitamura (quién también ilustró ¿Yo y mi gato?).

Podemos encontrarlo en muchas escuelas del país gracias a que forma parte de las "Colecciones de Aula" (caja verde de 2°). 




"Yo tenía un millón de juguetes y me aburría". Así comienza esta historia narrada en primera persona. A partir de ese aburrimiento, que nos plantea el niño protagonista, nos sumergimos en una aventura a un mundo desconocido.

La primera imagen de doble página nos muestra un fondo blanco y al niño sentado en el piso rodeado de juguetes. Medios de transporte, construcciones, instrumentos musicales, entre otros.



"Subí al desván" es la siguiente frase. En la escena, el fondo blanco inicial, se transforma en paredes. Un cuadro abstracto cuelga de una de ellas. Hay ventanas, y por la vista que nos ofrecen podemos pensar que el protagonista se encuentra en un departamento. En el piso: juguetes, una planta. un globo terráqueo, un libro. El niño sube por una escalera de un pequeño camión de bomberos.


Llega a un lugar oscuro y vacío, el desván.




Situado sobre una plataforma ovalada, descubre una familia de ratones, una colonia de escarabajos, una araña y un lugar fresco para descansar.




Abre ventanas que abren otras ventanas, hace funcionar un viejo motor y teje junto a la araña.
Sale a buscar a alguien con quien compartir su descubrimiento.  Y encuentra a un amigo (tigre). Ambos personajes con rayas entablan un buen vínculo y descubren "un juego que podía durar para siempre". Un juego repleto de imaginación y figuras abstractas.


Llegando al final de la historia, el protagonista, decide contarle a su madre lo vivido. Ella niega la existencia de ese lugar.


“Bueno, ella puede no saberlo, ¿o si? Ella no ha encontrado la escalera”,  son las últimas palabras que leemos del protagonista, con el camión de bomberos en sus manos.

Los lectores, en este pacto ficcional, y en complicidad con el protagonista vemos que "el desván" existe ¡Él estuvo allí! .

Datos de la obra


Autora: Hiawyn Oram.
Ilustrador: Satoshi Kitamura.
Editorial: Fondo de Cultura Económica.
Colección: Los especiales de A la orilla del viento. 
Traducción: Catalina Domínguez.


Yo tenía un millón de juguetes y me aburría.
Subí al desván. Y entré.
El desván estaba vacío. ¿O no?
Descubrí una familia de ratones y una colonia de escarabajos, 
y un lugar fresco y tranquilo para descansar y pensar. 
Conocí a una araña y tejimos una telaraña.
Abrí una ventana que abría otras ventanas.
Descubrí un viejo motor y lo hice funcionar.
Salí a buscar con quien compartir lo que había encontrado,
y encontré un amigo.
Mi amigo y yo descubrimos un juego que podía durar para
siempre porque cambiaba todo el tiempo.
Bajé del desván y le conté a mamá dónde había
estado metido todo el día.
-Pero nosotros no tenemos desván- me dijo.
Bueno ella no puede saberlo, ¿o si?
Ella no ha encontrado la escalera. 









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